28 octubre, 2013

José Watanabe, "Sugerencias"

Aviso que la silla donde escribo por triplicado
y tomo mi refrigerio
ya me está tatuando la espalda y las nalgas.


¿Por qué no mandan una circular
permitiendo a los oficinistas
desfilar con su escritorio al parque de enfrente?
Los literatos dicen que estamos muertos,
pero qué difícil resulta ocultar de los ojos de los muertos
en un triste acto de magia
la sonrisa de mi mujer, mis libros, mi hijo
                 anunciado por el tejido de lana Patito
                 que me ensueña largamente hasta las babas.


Aviso también que hoy el sol se ocultará temprano:
                 sólo los viernes permanece hasta la madrugada
                 como un beneficio de la semana inglesa.


(Entonces hablamos con una suficiencia que es para llorar
porque ningún conocimiento es ajeno a los oficinistas en la cantina).


Pero lo que quiero decir es rata
                                encorbatada rata
                                             jefe rata
rata que se baña o canta bajo la ducha
haciendo inútil el excesivo perfume de las secretarias
porque el agua no ducha
                 la caca del corazón de la rata.
Pero condesciendo y condesciendo.


Condesciendo y
a veces soy el que deja anónimos en el buzón de sugerencias
                                grandes venganzas
                                           que son para llorar
en el parque de enfrente.

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